domingo, 6 de enero de 2013

El Acebo (Ilex aquifolium)




Florece a finales de primavera o comienzo del verano. Es una planta dioica: hay pies machos y pies hembras, pero sólo dan fruto los acebos hembra; así que si queremos verlos lucir las características bayas rojas en invierno, tendrá que haber en las proximidades un acebo macho para que la polinización sea más fácil. En España estos arbustos abundan en zonas montañosas, donde algunos ejemplares llegan a adquirir  un porte considerable. En general les gusta  el frío y la humedad. No llevan bien el calor.



Sus  bayas  son tóxicas para los humanos, pero no para los pájaros, que les encantan, como pude comprobar estas Navidades cuando fui a hacer unas fotos a un acebo que tengo y descubrí antes a los pájaros, huyendo a cientos, que a las bayas rojas 




La madera es blanca y pesada. Si se corta en fresco es tan densa que se hunde en el agua. Tiene un poro tan fino, que se utiliza  para trabajos de incrustación en piezas de mobiliario y de ajedrez. También los martillos en clavicordios y las culatas de tacos de billar pueden hacerse de acebo. Antiguamente, se utilizaba también en la confección de látigos para caballos.

Decorar casas y graneros con ramas de acebo, es una costumbre que se remonta a tiempos precristianos. El acebo con sus frutos rojos y espinas afiladas era considerado como  un poderoso símbolo de fertilidad.


Hay quien sostiene que plantar un acebo cerca de una casa, da mala suerte, mientras que otros afirman que los acebos se plantaron deliberadamente bajo la creencia de que eran buenos repelentes  de los rayos e impedirían que éstos cayeran en el hogar.

Dice la tradición que da mala suerte cortar un árbol de acebo y algunos creen que esta es la razón por la que estos arbustos habrían permanecido cuando otras partes del bosque fueron taladas. Otra evidencia sugiere que  ésto puede deberse a que al ser un arbusto de hoja  perenne  proporcionaría  guías visuales para aquellos que caminan por el campo o por las tierras de labranza en invierno cuando el resto de los árboles no tiene hoja.

Cuando todas las demás especies han perdido sus colores y se encuentran en el período de descanso invernal, el acebo viste de lujo el invierno con sus colores rojo, que se asocia a la vida, y verde, a la tierra. Por eso, dice la tradición que la energía de la vida está siempre presente en él. De ahí su asociación con la suerte y la costumbre de adornar las casas en Navidad con unas ramas de muérdago y/o de acebo. Ello hace que las poblaciones de este arbusto escaseen y en la actualidad sea una especie en peligro de extinción.

2 comentarios:

  1. Se ve precioso tanto con bayas como con las flores... Lo bonitos que lucen en invierno dando la nota de color...
    Un abrazo

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  2. El acebo... me encantan su hojas como de porcelana verde. Gracias, he aprendido muchos detalles de esta planta que desconocía.
    Un saludo

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